La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) está revolucionando el statu quo. No existe sector que no haya sido impactado por esta tecnología, desde el comercio electrónico hasta la manufactura, pasando las industrias extractivas y energéticas; generación de contenidos, ideación de prototipos, optimización de chats para la atención al cliente, análisis e insights en investigación de mercado para el desarrollo de productos y servicios, mantenimiento de equipos predictivo, automatización de procesos a partir de comandos escritos o de voz, etc.
A partir de la puesta en marcha de Chat GPT, en noviembre del año 2022, la consolidación e influencia de la IAG avanza a pasos de gigante y se transforma en una tecnología que, de la mano de la creatividad de las personas, contribuye a minimizar la inversión de tiempo, reducir los costos y recursos, ofreciendo soluciones personalizadas en todos los ámbitos.
Un estudio publicado por la consultora McKinsey, en junio del año pasado, llamado “The economic potential of generative AI: The next productivity frontier”, señala claramente que la IAG aportará a la economía global cerca de US$ 4.4 mil millones. Asimismo, augura que herramientas como los chatbots y el propio Chat GPT, en cada una de sus versiones, podría llegar a automatizar entre el 60% y el 70% del tiempo productivo de las personas.
Eso no significa, como muchos temen, que la IAG dejará a la población del planeta sin trabajo. Por el contrario, será una gran aliada, transformando la manera en que la industria y las empresas enfrentan los desafíos actuales, elevando la productividad y estimulando la innovación.
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