Con alta demanda en sectores clave y rápida inserción laboral, las carreras técnicas se posicionan como una alternativa fundamental para el desarrollo profesional y económico del Perú.
En el contexto actual del Perú, la educación técnica se presenta como una oportunidad de solución estratégica para reducir las brechas de empleabilidad y responder a las demandas del sector productivo. Según el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, cada año egresan aproximadamente 100,000 jóvenes de institutos técnicos, pero las empresas e industrias solo logran cubrir el 50% de sus vacantes técnicas disponibles, evidenciando una desconexión entre la oferta educativa y las necesidades del sector industrial.
Incluso, según la Encuesta de Demanda Ocupacional 2025 (EDO), para Lima Metropolitana, hay un total de 130,973 puestos de trabajo a contratar y la demanda de puestos de trabajo para carreras técnicas es del 22% y universitaria es de 18.8%. Para abordar este desafío, es esencial fortalecer los vínculos entre los institutos de educación técnica y las industrias, asegurando que los programas formativos estén alineados con las competencias requeridas por las empresas.
La educación técnica impulsa la empleabilidad y responde a la demanda del sector productivo.
Las carreras técnicas ofrecen múltiples beneficios tanto para los jóvenes como para el desarrollo del país. Su corta duración, costos accesibles y alto índice de empleabilidad las convierten en una alternativa eficaz para acceder rápidamente al mercado laboral. Además, las empresas valoran cada vez más a los profesionales técnicos por su formación práctica y capacidad de adaptación a los cambios tecnológicos. Esto les permitirá acceder a salarios competitivos y diversas posibilidades de crecimiento.
Al respecto, Gustavo Alva, director nacional de SENATI, señaló lo siguiente: «La educación técnica, con un enfoque en la formación práctica y una conexión constante con el sector productivo, permite que los jóvenes adquieran las habilidades necesarias para integrarse adecuadamente al mundo laboral. En nuestro caso, un estudio de IPSOS señaló que nuestros egresados consiguen trabajo más rápido en áreas relacionadas con su especialización, son mejor remunerados y los más demandados por las empresas, lo que evidencia su impacto en la empleabilidad y desarrollo profesional».
Jóvenes técnicos en formación operan maquinaria textil reflejando la importancia de la educación técnica.
Además, la educación técnica juega un papel crucial en la transformación digital y la industria 4.0. Carreras relacionadas con la automatización, la inteligencia artificial, la ciberseguridad y la manufactura son cada vez más demandadas en el país, lo que resalta la importancia de actualizar y diversificar la oferta educativa. La implementación de programas de formación dual, que combinan estudio y práctica en empresas, es una estrategia clave para garantizar que los egresados cuenten con la experiencia necesaria para enfrentar los desafíos del campo laboral actual.
“Para seguir cerrando la brecha de empleabilidad en el Perú, es fundamental que el sector público y privado trabajen de manera conjunta en el fortalecimiento de la formación técnica. Esto incluye la modernización de la infraestructura educativa, el acceso a tecnología de vanguardia, la capacitación continua de docentes y la creación de incentivos para que más jóvenes opten por este tipo de carreras”, aseguró Alva.
Finalmente, fomentar alianzas estratégicas con empresas también permitirá que los programas de estudio se adapten a las tendencias del mercado, asegurando que los egresados cuenten con las competencias más demandadas. Solo con un enfoque integral y sostenido será posible reducir la brecha de empleos y garantizar un desarrollo económico más equitativo e inclusivo.